Cómo enseñar a los niños a ahorrar
En la situación actual todos debemos tener mucho cuidado con la manera en la que gastamos el dinero, aunque posiblemente nunca antes hubiéramos sido tan escrupulosamente cuidadosos.
Tradicionalmente, en
Europa ha sido del peor gusto tratar cuestiones de dinero delante de los
niños. Aunque actualmente las cosas han cambiado algo, en general,
seguimos pensando que nuestros hijos tienen menos capacidad de comprensión y adaptación de las que pensamos.
Sea como fuere, una
buena educación pasa por transmitirles ideas y criterios claros acerca
de cómo manejar correctamente el dinero:
- “El dinero no crece en los árboles”
Clásica frase donde las haya, porque todos la hemos oído alguna vez.
El dinero se gana, con trabajo duro y esfuerzo. Por lo tanto, es una
cantidad limitada, que se acaba, y que tiene que ser suficiente para
todas las cosas necesarias.
- Enseñar a distinguir entre lo necesario y los caprichos.
La diferencia radica en que un capricho puede ser retrasado y hasta
suprimido. Una necesidad es impostergable. Aplicar este criterio es
simple, fácilmente comprensible. Evita enfrentamientos del estilo de “no
tengo dinero para esto”, “tienes uno igual en casa”…
- Enseñarles a evitar las compras compulsivas.
Si la cantidad de dinero de que disponemos es limitada, cada compra que
hagamos ha de ser la mejor elección de las posibles, puesto que
descarta otras. Hay que acostumbrarles a buscar la mejor relación
precio-calidad, a comparar precios, a buscar ofertas y a saber que todo
ese esfuerzo permite obtener algún dinero extra.
- Inculcar el hábito del ahorro.
Para poder darse un capricho, hay que tener dinero extra, que se
obtiene gastando menos. La ropa de marca, algunos juguetes… no son
exigibles. Es más correcto ayudar a pagarlos con el dinero que tengan
ahorrado. La hucha es elemento indispensable.
- Tratar con naturalidad y en su presencia temas de economía familiar.
Es positivo que sean conscientes de que, aunque les parezca que nunca
les compramos nada, del presupuesto familiar salen las clases de inglés,
la ropa que llevan puesta, los pasteles del desayuno… Incluso
concienciarles de que determinados gastos exigen un sacrificio a largo
plazo y hasta su colaboración (las vacaciones).
- Enseñarles a elaborar y respetar un presupuesto. El movimiento se demuestra andando y el ejemplo es la mejor escuela.
- Dejarles manejar dinero.
No consiste en darles dinero sin más, sino en dejarles pagar algunas
cosas (el pan, la compra…) bajo nuestra supervisión. Para que se
acostumbren a calcular la vuelta y sean conscientes de lo que cuestan
las cosas.
- Tratar de que sean conscientes de su lugar en la sociedad. Es decir, de las comodidades que disfrutan, de las ventajas que tiene la nuestra sobre otras formas de vida y también las desventajas, las cosas que serían mejorables. Hay que saber valorar.
¿Qué
os parece este tema? ¿Sois de las que jugáis a las tiendas con vuestros
hijos, para que sepan manejar dinero? ¿Pensáis que aún son pequeños y
ya tendrán tiempo? ¿Tenéis alguna otra idea o criterio?
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