domingo, 16 de septiembre de 2012

Dale un respiro a tu cuerpo


Ejercicio para darle cariño

 A lo largo del día miles de estímulos nos bombardean sin tregua y azotan nuestros sentidos hasta dejarnos exhaustos con tanta información. Además, por si esto no fuera suficiente, nos ocupamos también de entretener a nuestro ya agotado cerebro con recuerdos y pensamientos sobre lo que estamos haciendo o lo que tenemos pendiente por hacer. Nuestro diálogo interno no para y no damos margen a nuestro cerebro para relajarse y centrarse en el aquí y ahora, en lo que nuestro cuerpo está sintiendo y nos está queriendo contar. 
Nuestro cuerpo nos está siempre hablando y nos dice cosas como: “estás tenso”, “te cuesta respirar”, “no tienes la energía suficiente para afrontar el día”. Aunque lo intentemos, no le podemos hacer callar durante mucho tiempo porque al final, lo que nos empieza a decir con susurros, termina diciéndolo a gritos y, en ese momento, no nos queda más remedio que escuchar.

Os propongo un ejercicio para que, de vez en cuando, le deis un poco de cariño a vuestro cuerpo y le prestéis más atención:
  • Cierra los ojos e intenta escuchar cómo se siente tu cuerpo. Centra tu atención hacia tu interior y escucha en silencio.
  • Deja que tu respiración se vuelva más lenta y profunda. Inspira y expira varias veces.
  • Pregúntale a tu cuerpo: ¿dónde estás tenso? Repasa poco a poco todas las partes del mismo en búsqueda de músculos tensos, rigidez, tensión o dolor en tu espalda, tus miembros o articulaciones. Céntrate también en tu rostro y valora en qué puntos del mismo puedes sentir tirantez o tensión.
  • Si encuentras áreas tensas, agradece a tu cuerpo que te lo muestre.
  • Una vez eres consciente de esta tensión, puedes empezar a liberarla. Céntrate en cada área de tu organismo por un momento y dándote cuenta de la tirantez o el dolor, exhala lentamente y permite que las zonas tensas dejen de contraerse. En este momento, dile a tu cuerpo: “Está bien, podemos estar tranquilos un momento, relájate y déjate llevar…”
  • Una vez has conseguido relajarte, recuerda agradecerle a tu cuerpo que te mantiene vivo e informado y que le quieres a pesar de los momentos en que ignoras sus necesidades.
  • Haz algo especial hoy para satisfacerte: disfruta de un baño relajante, usa tu crema hidratante favorita, lleva ropa de algodón cómoda…o quizá te apetezca ir al mercado y comprar alfo especial para la cena de hoy.

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